Alimentación Natural
A la alimentación natural en esta casa llegamos sin proponérnoslo.
Con Lola, desde que era una cachorra, lidiamos mucho con el tema de la comida. Cuando llegó, nunca se me pasó por la cabeza darle de comer algo diferente al concentrado; era lo único que conocía y era lo que recomendaban los veterinarios, así que yo hacía caso. Poco o nada conocía del tema y aunque amaba a los perros, Lola fue mi primer perro, es decir, era únicamente mía y era mi responsabilidad en todo; de hecho, era mi primera gran responsabilidad.
Los problemas relacionados con la comida a los que nos enfrentábamos fueron varios. Lo primero, era que sentía que Lola cambiaba mucho de peso y pasaba de tener algo de sobrepeso a estar muy delgada.
Lo segundo, era que Lola odiaba la comida. Muchas veces no comía; simplemente se acercaba al plato a olfatear y se iba; esto me generaba mucho estrés y me tocaba hasta darle la comida con la mano o empezar a mezclarle cosas como corazones de pollo para que comiera. Al principio, esto funcionaba por un tiempo, hasta que nos tocaba cambiarle la marca del concentrado. Creo que le dimos a lo largo de más de dos años, casi todas las marcas de concentrados súper premium que hay en el mercado. Después, tomamos la decisión de ensayar con un tipo de alimentación diferente, que fue la deshidratada, porque me parecía conveniente y era una opción mucho más natural, pero esto tampoco duró mucho; no le gustó.
Lo tercero, era que le daba daño de estómago con cierta frecuencia y al final el tema estaba incontrolable. Pensábamos que podía ser algo en la comida que hacía que a ella no le gustara y que algo la estaba enfermando.
Después de estas experiencias, decidimos revisar las etiquetas de los productos que le dábamos, incluidos los snacks, y empezamos a aprender un poco de alimentación. El primer cambio fue arrancar por hacerle todos los snacks y usar ingredientes de la mejor calidad, libres de alérgenos y que fueran saludables, y lo segundo fue empezar a cocinarle en casa.
Para poder hacer la comida del día a día, lo primero que hicimos fue comprar libros para revisar las recetas; así estuvimos un par de meses que fueron muy satisfactorios porque Lola se comía todo con demasiadas ganas y todo empezó a mejorar. Sin embargo, después de empezar a estudiar más acerca de la nutrición, nos dimos cuenta de que debíamos mejorar la dieta para que fuera balanceada y tuviera todos los nutrientes necesarios. Fue aquí donde contratamos a una nutricionista para poder brindarle lo mejor a Lola. Yo me sentía feliz porque le podía cocinar y demostrarle mi amor a través de la comida, y el hecho de que a ella le encantara era mi recompensa.
Después de casi un año, debido a que Lola tuvo que hacer una dieta de descarte por problemas de alergias alimentarias y porque las proteínas que debía consumir eran muy difíciles de conseguir, decidí darle una dieta natural comercial y hacer ciertos ajustes en casa para complementarla y elevarla con lo que yo consideraba que era necesario para brindarle el mayor bienestar y una nutrición superior.